Ubicado en la región del Lazio, el Lago de Vico es un espejo de agua de origen volcánico. En nuestros días, es además una reserva natural de belleza cautivadora que se halla situada a unos 510 metros de altura. Rodeado por las colinas Cimini, los picos Fogliano, de 965 metros, y Venere, de 851, enmarcan la riqueza natural que caracteriza al lago.
Cuenta la mitología que Hércules es el creador del Lago di Vico. Según la leyenda, desafió a los habitantes de la región a que levantaran del suelo su amuleto de bronce macizo. Pero al hacerlo él mismo, para demostrar su fuerza, una de las pústulas de metal cayó y formó un inmenso cráter que pronto se llenó de agua.
Geológicamente, en el lugar que hoy ocupa el lago había un volcán que se mantuvo en erupción durante años. Al extinguirse, las aguas inundaron el lugar. Se cree que, antes de la construcción del túnel etrusco, el lago tenía una superficie del doble que la actual, y que el monte Venere era por entonces una isla.
Las extensiones boscosas son parte del encanto de la región. Se suman a su belleza las especies que habitan estas tierras. Tortugas, gavilanes, búhos, tejones, gatos monteses, y el símbolo de la reserva: el somormujo lavanco. Esta ave europea se caracteriza por las líneas que cubren su rostro, formadas por la coloración de las plumas pero también presentes en toda la extensión de su pico. Habita las aguas del lago y tiene como especial peculiaridad que posee unas excelentes dotes de nadadora.
Creada con el objetivo de preservar y ayudar al desarrollo de la riqueza natural de la región, la Reserva del Lago de Vico cumple importantes funciones ecológicas que permiten la continuidad de la vida vegetal y animal de la zona y, además, la conservación de su medio ambiente.
Foto Vía: Natura Mediterraneo