El Mausoleo de Julio II, en Roma
Muchas de las grandes ciudades italianas han sido desde siempre sinónimo de arte y cultura. Roma es un magnífico ejemplo de este tipo, y todos aquellos que se han lanzado a la aventura de pasear por sus calles libremente, habrán podido comprobar que en cada rincón espera una sorpresa maravillosa.
Hoy conoceremos un monumento grandioso, obra de Miguel Ángel. Se trata del mausoleo de Julio II, uno de los Papas que vivieron durante su tiempo. El mausoleo se encuentra en el extremo de la nave derecha de la iglesia de San Pedro ad Vincula, y la mayoría de quienes lo han visitado coinciden en que es por lejos el elemento más destacado del conjunto.
El papa Julio II encargó la obra a Miguel Ángel, pero murió antes de que estuviera terminada. El artista continuó con la obra con ayuda de sus discípulos. Como era costumbre en los grandes maestros de la época, Miguel Ángel no realizó él mismo todo el monumento, sino que lo encargó a sus alumnos, y solo se dedicó a tallar el Moisés, que sí es plenamente su obra, y a retocar el resto de los elementos, que habían sido pensados y bosquejados por él.
También las mujeres que están a los lados de Moisés, Raquel y Lea, fueron realizadas casi completamente por él. Estas dos figuras están allí para simbolizar dos aspectos de la vida: la vida contemplativa y la vida activa.
Las condiciones en las que se llevo a cabo esta obra fueron bastante complicados. Al parecer, la relación entre Julio II y Miguel Ángel no eran buenas. El religioso hizo venir al artista de Florencia a sus cuarenta años, cuando ya era un maestro consagrado, y los tratos entre uno y otro no mejoraron con la estadía en Roma.
Al morir el papa, Miguel Ángel continuó con las labores durante algunos años, pero el nuevo papa reformuló los encargos y la obra se vio interrumpida nuevamente.
Foto Vía: Miguel Angel Buonarroti

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