Si queremos viajar el “talón de Italia”, pues no hay dudas que vamos directamente hacia Bari (capital de Apulia o Puglia), una espléndida ciudad ubicada al sureste de Roma, en la costa del mar Adriático.
Dicho sitio reluce por contener centro imponentes como catedrales, teatros históricos, castillos, museos, playas y además, celebraciones conmemoradas anualmente, como el caso de “San Nicolás de Bari”, momento en que la zona se viste de fiesta para rendir honor al Santo Patrón San Nicolás.
Haciendo una breve reseña, su nombre significa protector y defensor del pueblo y su popularidad se debe a que a nivel mundial se le han otorgado más de 2000 templos. Según las fuentes, este santo era invocado en los momentos de mayor peligro, en los naufragios, en incendios y caídas económicas.
Es así, que cada 6 de Diciembre, las personas amanecen temprano (durante la madrugada) y comienzan a llenar las calles del Casco Antiguo con el fin de dirigirse hacia la Basílica. En tanto, las misas dan su inicio a las 4 de la mañana y se repiten cada media hora hasta las 8. Por eso mismo, si tenéis intención de ingresar a las 5, pues olvídalo ya que no encontraras espacio donde poder ubicarte.
Sin lugar a dudas, es un día muy especial en Bari porque además, la celebración aprovecha la oportunidad de brindar a cada persona que se acerque, una deliciosa taza de chocolate acompañada por un pedazo de “focaccia” (exquisito pan con tomates).
Por otra parte, las mujeres que se encuentran sin novio, suelen formar una hilera para acariciar la columna localizada en el sector derecho del altar y según dice la leyenda, quien la toque durante la madrugada del 6 de Diciembre, se casará al cabo de doce meses.
Finalmente, para darse una idea aproximada de cómo se viste Bari, todo el barrio es iluminado de manera resplandeciente. Tanto los quioscos, como los bares y calles se encargan de adornar las calles de manera que tanto turistas como habitantes puedan disfrutar de la fecha. Como cierre del santo día, antes de las 7 se presenta un gran desfile y nuevamente, se obsequia una taza de chocolate para recibir el amanecer.