Piacenza, la capital de los Farnesio
En esta ocasión, el escenario elegido para una escapada a tierras italianas es la región de Emilia-Romaña. Si bien es cierto que gran parte de su fama estriba en ciudades como Bolonia o Parma, la propuesta de hoy gira en torno a un escenario diferente: la sorprendente Piacenza. Cargada de historia y poseedora de un pasado en el que albergó el hogar de una de las familias más poderosas del país, los Farnesio, hoy se erige como una magnífica elección para aquellos viajeros que opten por alejarse de los circuitos turísticos más masificados, sin renunciar a la esencia de las calles italianas.
En la frontera con Lombardía (sólo el Po la seprada de esta región), el recién llegado se topará la antigua Placentia, primera capital del ducado farnesino de Parma y Piacenza (el traslado de la corte se produjo en 1556). Tras las grandes construcciones orientadas al río se alza el imponente (aunque inacabado) Palazzo Farnese, y en el centro, la Piazza Cavalli, donde desembocan las principales arterias de la ciudad.
Del período de mayores libertades civiles de Piacenza, aún sigue en pie un palacio público conocido como El Gótico. Por lo que respecta a la era de los Farnesio, cabe reseñar algunos monumentos ecuestres de factura barroca, tales como los de los duques Alassandro y del hijo de éste, Ranuccio (1620-1625).
No muy lejos de allí, se alza la catedral románica, construida entre los siglos XII y XIII. No obstante, el triforio ya se inscribe dentro de los patrones de la arquitectura gótica, tal y como ocurre con algunos de sus arcos.
Y por descontado, también conviene reservar un tiempo para visitar la basílica de San Savino, la basílica de San Antonio (ambas románicas) y la Galería de Arte Moderno Ricci-Oddi. Ésta exhibe una interesante colección pictórica que abarca desde el romanticismo hasta el siglo pasado, y en la que los artistas italianos son los grandes protagonistas.
Foto vía: Roberto Donà

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