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Visitando la Catedral de San Lorenzo, en Génova

Uno de los más impresionantes edificios que podemos encontrar en la ciudad de Génova, situada en la región de Liguria, es la Iglesia de San Lorenzo, cuyos orígenes se remontan al siglo XII. La iglesia se encuentra en la Plaza de San Lorenzo, en pleno centro de la ciudad.

La iglesia se empezó a construir en el año 1100, y su construcción (y sucesivas reformas) se prolongaron hasta bien entrado el siglo XVI. Uno de los aspectos que más destaca del exterior es el uso alternativo del blanco y del gris en su decoración, así como el uso de diferentes tipos de columnas, un rasgo característico de la arquitectura de Liguria.

También hay que destacar que hay elementos provenientes de varias épocas como las entradas laterales que son de la época románica, la mayoría de la estructura  interior es del siglo XIV y el campanario del siglo XVI. La entrada principal se encuentra flanqueada por majestuosas efigies de los cuatro animales del apocalipsis, encaramados a los muros, y la representación de Jesús en actitud de bendecir.

Una vez en el interior, la iglesia se divide en tres naves coronadas por unas sobrias bóvedas y muy bien iluminadas y lo primero que podemos ver es la sepultura de Pietro Giovanni Chiaviaca, así como una pintura del siglo XV que representa una crucifixión. La división entre las naves del interior se realizó mediante hileras de columnas de dos pisos de altura, y se puede apreciar el marcado contraste de la profusa decoración del santuario laterales con la sobria falta de adornos de la nave central.

La Capilla Lercari, dedicada a título posterior a la célebre familia genovesa del siglo XVI, está separada del resto del conjunto mediante unas escaleras y una imponente mesa de comunión. Es tabernáculo que preside el altar de la capilla, muestra un tamaño claramente desproporcionado, al más puro estilo de la Contrarreforma.

El Santuario está coronado por una estatua de la Virgen realizada por los escultores Domenico Fiasella y Gio Battista Bianco en el siglo XVII, custodiada por dos ángeles que sostienen su corona en el aire. La bóveda contiene varios frescos dedicados a San Lorenzo y realizados por Lázaro Tavarone.

Una de las curiosidades que guarda la Iglesia de San Lorenzo es que en el pórtico lateral hay nada menos que un obús sin detonar, disparado durante la II Guerra Mundial por las tropas británicas y que permanece como símbolo de la protección divina.

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Foto vía: Twice25