Turin, deslizandose por las nieves
Bardonecchia es sinónimo de deportes invernales entre los italianos. Actividades clásicas y originales propuestas se combinan en las alturas del Piamonte, y hacen las delicias de todos aquellos aficionados a la nieve y la belleza de los blancos paisajes del invierno. Sin duda, el esquí es el gran protagonista en esta zona de Turín.
Desde 1909 se organizan en la cuenca de Bardonecchia importantes campeonatos de esquí, uno de los deportes más consagrados de la región. De esta época data el trampolín Smith, que se construyó en honor de los hermanos noruegos que realizaron audaces y sorprendentes saltos de más de 40 metros.
En adelante, las innovaciones serían una constante en Bardonecchia. Ochenta y cinco kilómetros de pistas para esquiar están disponibles, y de ellas 26 poseen nieve artificial, de modo que incluso en épocas de escasa nevada siempre es posible disfrutar del deporte blanco en Turín.
Dos dominios se distinguen en función de sus características principales. El primero está compuesto por los remontes Colomion, Les Arnauds y El Melezet. En esta zona, las pistas son amplias y alcanzan los 2400 metros de altura. El segundo dominio corresponde a los remontes del Jafferau, y va aún más allá, hasta los 2800 metros. Desde las altiplanicies de este sector se obtienen unas vistas fantásticas de la región.
Tres escuelas de esquí entrenan a novatos y practicantes más experimentados que quieren continuar especializándose en su afición. Los más pequeños también tienen su lugar. Las escuelas ofrecen numerosas actividades, juegos y esquí de iniciación, para que disfruten de un invierno original y activo.
Numerosos bares y restaurantes acogen a los exhaustos deportistas, que sólo se toman un momento para renovar energías, y salir nuevamente a desafiar las blancas extensiones de Bardonecchia.

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