La basílica de San Domenico y la Fontebranda, en Siena

Basilica de San Domenico

El post de hoy regresa a la siempre sorprendente Siena, en el corazón de la Toscana, para descubrir uno de sus rincones más especiales: la Fontebranda y la basílica de San Domenico, situadas en el terzo di Camollia.

En el caso de esta última, no es en absoluto difícil localizarla, ya que se halla situada en un alto —desde allí, se puede gozar de maravillosas vistas sobre la ciudad. Realizada en ladrillo, su construcción dio comienzo en 1226.

Sus principales reclamos, no obstante, se encuentran en su interior; a mano derecha, en la denominada capilla de las Vueltas, el viajero podrá admirar un fresco dedicado a Santa Catalina de Siena y firmado por Andrea Vanni. Esta pintura es el único retrato de la patrona sienesa efectuado mientras ésta aún estaba viva. Por otro lado, la reliquia de la cabeza de la santa se expone en la capilla lateral de la iglesia, donde Antonio Bazzi «Sodoma» plasmó en 1526 algunos pasajes de su vida.

Bajo la basílica, la pequeña colina de Camporegio brinda una panorámica magnífica. Asimismo, aquí arranca la denominada Costa del Serpe, un sendero secreto que desciende hasta otro enclave emblemático: la ya citada Fontebranda, sin duda la fuente más famosa de Siena.

Citada por los inimitables Dante y Boccaccio en sus obras, una leyenda atribuye la locura de los sieneses a las propiedades de sus aguas. Iniciada en 1193, en sus inicios presentaba una única arcada, a la que se sumarían dos más a posteriori. Curiosamente, se dice que la utilización de sus aguas estaba reglamentado: a mano izquierda, se desplegaba una primera pica en la que podían beber los animales, y a continuación, había una segunda pica que hacía las veces de lavadero público (en la actualidad también se emplea para este fin de manera puntual).

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Foto vía: Cèlia Roca

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Categorias: Siena



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