San Juan de Letran, catedral de Roma
San Giovanni en Laterano, o San Juan de Letrán, es una de las basílicas más importantes de Roma, de hecho tiene el título de «Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput».
Se accede a ella por la vía Taranto, que os conduce hasta su impresionante fachada; o también desde el Coliseo hay varias calles que conducen hasta su parte trasera.
Antiguamente, era la sede de Patriarchium y actualmente es la Catedral de la ciudad de Roma. A lo largo de su historia ha sufrido varios incendios y demoliciones, por lo que ha tenido que ser restaurada en varias ocasiones.
San Juan de Letrán fue un lugar central en la vida religiosa, ya que desde el año 324 el Palacio de Letrán (la casa contigua a la Basílica) fue la residencia de los Papas. De hecho, allí fueron celebrados hasta cinco concilios e incluso albergó en 1929 el tratado de paz entre el Vaticano y el gobierno de Italia (conocido como Tratado de Letrán).
El traslado de los Papas al Vaticano se produjo a su vuelta de Avignon, con lo que ahora es el Vicario de Roma quien habita el palacio.
Toda la fachada es impresionante, pero destacan sobretodo las quince estatuas que representan a Cristo (la central, por ser la más importante), a San Juan Bautista y a San Juan Evangelista, y a los Doctores de la Iglesia. Cada una de ellas mide unos 7 metros.
Una vez que accedemos a su interior, podemos ver un magnífico baldaquino realizado por Giovanni di Stefano, que pertenece a la segunda mitad del siglo XIV. Bajo el baldaquino se conserva una losa, la reliquia del antiguo altar en el que, según la tradición, durante la época paleocristiana y medieval, celebraron los Papas. Además, en el altar se conservan las reliquias de las cabezas de San Pablo y San Pedro.
Uno de los lugares que merece la pena visitar es la Scala Santa. Se trata de la escalera de mármol que había en el palacio de Poncio Pilatos, por la que subió Cristo el día de su condena. Es curioso ver cómo los creyentes suben de rodillas sus 28 peldaños.
Es interesante visitar el claustro de la Basílica. La entrada cuesta 2 euros, pero vale la pena pagarlos.
Después de visitar esta basílica, podemos entender por qué se trata de uno de los templos más destacados de la cristiandad.

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TODO ESTA MUY BIEN Y GRACIAS POR ESTE BELLO TRABAJO QUE HICIERON PARA DARLE A CONOCOR A TODOS DE LOS IMPORTANTE QUE ES LA CULTURA.
Uno de los lugares más bellos que he visitado de entre las iglesias de Roma. Sobrecogedora la impresión, tanto por sus dimensiones como por su contenido.