Campanile de Florencia y el arte de Donatello

Campanille Donatello

El famoso Campanile de Florencia es una bella y esbelta torre campanario de 82 metros que se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad toscana. Ubicada en la misma Piazza del Duomo, su construcción comenzó en 1334 en manos del maestro Giotto, quien murió tres años después. Éste sólo llegó a contemplar la parte baja del edificio decorada con paneles de Andrea Pisano y su taller: bajorrelieves que representan diferentes escenas del Génesis y del Hombre como creador de las Artes Liberales y la Ciencia. Andrea Pisano continuó toda la obra junto a Francesco Talenti hasta 1360.

Como muchas otras torres toscanas, los vanos van aumentando a medida que se asciende, lo que le otorga cierta ligereza a toda la arquitectura. En los nichos ubicados a gran altura respecto del suelo, encontramos esculturas de bulto siempre en relación al plano arquitectónico, y cuatro de estas se destacan por haber sido obras tempranas del gran Donato di Niccolò di Bento, mejor conocido como Donatello.

Para 1408, y con unos 22 años de edad, Donatello ya se había formado como artista, trabajado en el taller de Ghiberti y visitado Roma para perfeccionar sus conocimientos sobre el arte clásico. Fue entonces cuando le encargaron realizar las figuras de profetas para los nichos del Campanile, a las cuales le aplicó dotes de realismo, individualización y desarrollo retratista. Los rostros generan luces y sombras a través de las líneas cóncavas con sus arrugas marcadas, entrecejo fruncido, etc.

Ya en estas tempranas obras se puede ver el deseo de Donatello por establecer una conexión psicológica entre las estatuas de los nichos y los espectadores.

Profetas de Donatello

El primer profeta no se ha podido identificar, mientras que el segundo se lo llama “profeta con rollo”. Este se muestra moviéndose hacia delante y señalando algo con una mano en un rollo, con los labios apretados como si estuviera a punto de hablar. El tercero es Jeremías, “el popolano”, cuyos pliegues se muestran más realistas y con menor elegancia, y con un cuerpo más marcado que refleja un conocimiento anatómico.

Aún permanece la idea del bloque, pero es avasallante la manera en que Donatello marcó las venas de las manos y pliegues de la piel en los nudillos. El cuerpo y el ropaje son tratados como elementos opuestos, y así, las partes desnudas contrastan con los ritmos ondulantes de la túnica suelta y llena de solidez, acentuando el carácter plástico. Por último está Habacuc “el zuccone”, de capa larga, manos sobre el muslo al igual que los otros, y brazo escorzado, flexionado hacia atrás; los miembros son acentuados y los paños pesados.

Con estos profetas, Donatello abrían el camino a un nuevo tipo de imágenes, en las que por primera vez se presentaba a personajes del Antiguo y Nuevo Testamento como si fueran figuras reales, con animación vital. Sus esculturas seguirán cambiando la historia del Arte Occidental y representando el Renacimiento italiano, y esto lo veremos en más artículos.

Desde luego que las figuras originales se encuentran actualmente en el Museo dell’Opera del Duomo, pero se pueden ver las copias en el Campanile y subir sus más de 400 escalones para contemplar la espectacular vista panorámica de toda la ciudad.

La torre abre de 8:30am a 6:50pm y la entrada para subir cuesta 6€.

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