Los gladiadores siguen vivos en Roma
Entre todos los destinos turísticos de la excelsa ciudad de Roma destaca el Coliseo. Roma es el Coliseo y el Coliseo es Roma. Construido entre los año 70 y 80 d.C, este gran coloso representa el máximo icono de la Roma Imperial y una de la muestras mejor conservadas de la arquitectura romana.
Escenario de sangrientas muertes, su nombre originario es Anfiteatro Flavio y suponía para los romanos un lugar de diversión y reunión, donde, por ejemplo, las luchas entre hombres y bestias tipo leones o panteras eran consideradas el espectáculo para los niños porque acababan en seguida.
Muchos escritores antiguos han relatado algunos de los espectáculos más populares. Uno de ellos era la caza, donde aparecían en escena no sólo grandes felinos, sino también otro tipo de animales como rinocerontes, hipopótamos, elefantes, jirafas, cocodrilos o avestruces. La caza no siempre suponía la muerte del animal, pero sí que era bastante habitual y, de hecho, dado el número de matanzas, llegaron a desaparecer algunas especies animales, como los leones en Mesopotamia o los elefantes en el Norte de África.
Otra de las escenificaciones de mayor aceptación eran las sylvae o recreaciones de paisajes naturales. Para éstas se montaban auténticos decorados que, simulando bosques y entornos naturales, servían de telón de fondo para los espectáculos de caza o bien para la recreación de episodios mitológicos, donde el héroe – normalmente un reo – era ejecutado de forma espantosa y mitológicamente veraz.
Sin lugar a dudas, el acontecimiento de mayor popularidad eran las luchas entre gladiadores, donde siempre debía morir alguien a manos de su contrincante.
Un poco menos sangrienta y, en definitiva más divertida, resulta hoy en día la participación en la actual escuela de gladiadores de Roma. Desde hace más de una década y bajo el eslogan «Aprenda a ser un gladiador», el Grupo Histórico Romano ofrece a los turistas que acuden a la capital italiana pasar un rato entretenido, acudiendo sus encuentros semanales o participando en sus actividades.
Algunas de las ofertas de la escuela son los cursos de gladiadores, la visita a su impresionante museo o la convocatoria a encuentros, donde se recrean no sólo las luchas entre gladiadores, sino también las formas de vida del antiguo Imperio Romano. En definitiva, resulta toda una aventura y sin tener que morir en el intento.

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