El Ara Pacis Augusteo

Ara Pacis

En el año 13 a.C. el Senado romano voto para la erección de un monumento dedicado a la reciente paz del pueblo por decisión unánime comenzó la construcción del Ara Pacis o Altar de la Paz.

Tres años después de la batalla de Accio en el 30 a.C., que acabó con la vida de Cleopatra y Marco Antonio, Octavio obtuvo el título de Emperador César Augusto de Roma, consiguiendo el poder unipersonal y comenzando un amplio programa cultural para legitimar el nuevo sistema de gobierno. El Ara Pacis es uno de los principales ejemplos de la compleja y elaborada red iconográfica-simbólica utilizada de aquel entonces, que lo convierte más en un instrumento de propaganda política que en un monumento celebratorio de la paz.

Ubicado originariamente en el Campo de Marte –dios de la guerra-, este altar presenta así su primer discurso ambiguo: “si quieres paz, prepárate para la guerra”. Hoy se encuentra en un sitio cercano ya que fue devastado y sus fragmentos fueron descubiertos en el siglo XVI. Durante el siglo XX se realizaron más excavaciones y se hallaron muchos de los mármoles originales, lo que hizo posible su reconstrucción con algunas imitaciones de las partes faltantes.

El Ara Pacis es una construcción cuadrangular de 10,50 metros por 11,40 metros realizada con mármol de Carrara, con dos puertas en lados opuestos, todo sobre una plataforma con una corta escalinata. Las paredes exteriores e interiores están decoradas con dos registros verticales. Externamente, la parte superior contiene el cortejo de personajes ilustres, mientras que la inferior tiene un friso vegetal. En el interior nos encontramos con las vestales, guirnaldas y bucráneos arriba, y por debajo simples bandas verticales.

El recorrido del altar comienza por el lado sur, donde se inicia la procesión con la imagen del propio Augusto, al cual se lo reconoce por la corona de laurel, seguido de diferentes colegios sacerdotales, familiares directos del Emperador, senadores y funcionarios. Las figuras muestran gestos convencionales y hasta cierto hieratismo, sin embargo, el dinamismo se logra a través de las diferentes posiciones de las figuras y el juego de miradas. Desde ya que los miembros de la familia real se destacan en un primer plano para reforzar la importancia de los retratados.

El programa icnográfico del Ara Pacis se completa con imágenes mitológicas y alegóricas. Del lado oeste hay representaciones que aluden ala fundación de Roma con Rómulo y Remo, Marte y Eneas; una manera de convocar a dioses y héroes como legítimos antepasados de Augusto. Del lado este vemos a la diosa Tellus y una imagen de la Roma armada, una idea guerrera compensada por la fecundidad plasmada en una divinidad maternal que sostiene dos niños y que está flanqueada por personificaciones de los vientos del mar y tierra.

La lectura que hacía el ciudadano romano era muy clara: las bendiciones de la paz se habían logrado gracias a la fuerza de las armas romanas. Todo el conjunto tiene una significación religiosa de sacrificio y victoria. Por ello, el Ara Pacis no es solamente un monumento en honor a la paz, sino el resultado de una cuidadosa estrategia política. Como tal, cumplió su función durante siglos, mostrando hecho y personajes que el tiempo pudo haber mitigado pero incluso hoy uno siente el impacto de las ideas en el mármol.

Museo dell’Ara Pacis
Lungotevere in Augusta – 00100 Roma
Tel.: 06 82059127
E-mail: info@arapacis.it
Horario
Martes a domingo 9.00-19.00; 24 y 31 de diciembre 9.00-14.00 (la taquilla cierra una hora antes)
Cierra los lunes, 1 de enero y 25 de diciembre
Entradas
Entero € 6,50
Reducido € 4,50
Entrada gratuita para ciudadanos de la Unión Europea menores de 18 años y mayores de 65.
Sitio web http://es.arapacis.it/

Foto vía: wikimedia

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Categorias: Arte y Cultura



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