Paseo por la historia de Catanzaro

Catanzaro

El territorio que actualmente ocupa la ciudad de Catanzaro, en la sureña región de Calabria, ha sido habitado desde tiempos del Paleolítico, aunque la fundación de la actual ciudad se atribuye a Ulises, el mítico navegante griego. Cuenta la tradición que, tras desembarcar en el golfo de Squilacce, Ulises fundó Skilletion, lugar que perduró hasta bien entrado el siglo VI, tiempo en que era conocida como Scolacium y cuyos habitantes abandonaron a su suerte. Hoy en día se pueden apreciar los restos romanos de la antigua Scolacium, en un yacimiento arqueológico cercano.

Existen varias teorías al respecto de por qué se eligió el nombre de Catanzaro, una de las cuales nos lleva a la migración de los habitantes de Scolacium, que tras abandonar la antigua ciudad llegaron hasta este enclave y fundaron un nuevo asentamiento en el año 793, comandados por dos generales bizantinos, de nombre Cataro y Zaro. También se baraja que su nombre proviene de la época en que las tropas bajo el mando del Emir Aba Aabass onquistaron la ciudad, dándole el nombre árabe de Qatansar.

Durante el siglo X, Catanzaro fue arrebatada a los árabes por los bizantinos, pasando a engrosar los territorios controlados por los normandos a mediados del siglo XI, pasando poco después a ser declarada como condado. Fortificada y dotada de un castillo (que un siglo más tarde pasaría a ser la sede episcopal), la ciudad era ahora gobernada por los suevos y entró en una época de bonanza y prospoeridad. Cuando Federico II legó la ciudad a los Ruffo, Catanzaro se convirtió en un importante enclave comercial, debido en gran parte a su producción de seda.

Entre los siglos XII y XVI, Catanzaro cambió de manos en varias ocasiones, siendo la más significativa el fracasado intento de invasión por parte de los franceses en 1528, al que la ciudad resistió heroicamente. Debido a su feroz resistencia, Catanzaro fue declarada como «Magnífica et Fidelissima«, lema que aun permanece en el escudo de armas de la ciudad, y también se le permitió acuñar su propia moneda.

Pero el siglo XVII traería la tragedia de la Peste Negra, un empeoramiento de la economía y, por si esto fuera poco, también varios terremotos que asolaron la ciudad, el pero de ellos ocurrido en 1638. Tras una serie de cambios políticos, entre los que se ensalzaron los valores republicanos, Catanzaro pasó a manos de los Borbones a principios del siglo XIX, antes de ser finalmente anexionada al Reino de Italia en el año 1861.

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Categorias: Calabria, Cantanzaro



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