La tumba de Urbano VIII, de Bernini
Diseñada en 1628 por el escultor Gian Lorenzo Bernini para situarla en un nicho de la Basílica de San Pedro, la tumba de Urbano VIII presenta –como indicaba la traidición- al pontífice sentado cual emperador y acompañado de dos figuras alegóricas. Una obra maravillosa del artista más característico del periodo barroco.
La tumba de Urbano VIII no sigue el modelo tradicional de sepulcro papal en cuanto a que no se trata de un conjunto arquitectónico parietal sobre el cual se insertan las figuras, como el caso de la tumba de Leonardo Bruni. Bernini no introduce tipologías nuevas pero sí revoluciona los elementos tradicionales. Esta obra suya se ubica en un nicho semicircular y consta de un grupo escultórico de composición piramidal (tradición comenzada por Miguel Ángel) que sitúa la figura del pontífice en el centro, elevado, sentado y bendiciendo. Dos figuras alegóricas flaquean el sarcófago: la Caridad y la Justicia.
El tema de la muerte también es importante para el mundo de la memoria, pues se abre camino en la idea de vida eterna. Sobre el sarcófago vemos un esqueleto que escribe el nombre del difunto en la cartela. Por supuesto que éste representa a la muerte, pero a la vez representa la Fama, pues es un esqueleto alado, una figura común en este tipo de obras de Bernini.
Esta obra es un eco del sepulcro de Paulo III Farnesio realizada por Guglielmo della Porta cincuenta años antes, aunque Della Porta no utilizó sarcófago, idea claramente tomada de la Capilla Medicea de Miguel Ángel. La policromía se hace presente en el uso de diferentes materiales como el bronce patinado y dorado, el mármol blanco y el veteado, creando un juego cromático vital y dinámico.
Urbano VIII era un gran erudito y afamado coleccionista. Por esta razón no ha de sorprendernos que su sepulcro haya sido concebido como un monumento de autoglorificación que exalta las virtudes que lo acompañan (Caridad y Justicia). La destreza técnica de Bernini se hace presente en cada detalle, dotando a las figuras de un naturalismo y actitudes humanistas propias de la cultura barroca.
Apúntalo como lugar importante para visitar en tu próxima escapada. Merece la pena el viaje, sobre todo si eres un apasionado de la cultura y el arte en general e italiano en concreto.
Foto vía: kalipedia

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