Paseo por los alrededores de Aosta
Un día más, Sobre Italia regresa al espectacular Valle de Aosta. Y en concreto, a la población que le da nombre, Aosta, para explorar sus encantadora inmediaciones, disfrutar de sus inolvidables paisajes alpinos y, por qué no, apurar los últimos compases de la temporada de esquí.
La primera parada del viaje tiene como escenario el pequeño pueblo de Saint-Martin-de-Corléans (en la foto), que acoge un gran yacimiento megalítico que data del III milenio a.C., y que hacía las veces de centro religioso y de cementerio. En él se han hallado tótems, estelas antropomorfas, menhires y diversos túmulos. Por otro lado, no está de más recorrer el casco urbano de este municipio, que se enmarca en un privilegiado entorno de montaña.
Al norte de Aosta, la región de la Consolata ofrece otro aliciente para los amantes de la historia: una villa romana suburbana fechada a finales del período republicano (previo a la época imperial). Ésta conserva mosaicos ornados con motivos geométricos. A su vez, en Quart, el viajero podrá visitar una necrópolis del neolítico.
A 50 km de Aosta, se encuentra la siguiente parada del recorrido: Breuil-Cervina, un referente para quienes disfruten de los deportes de invierno. De hecho, sus instalaciones cuentan con 250 km de pistas de esquí, que se despliegan por el Plateau Rosa, Fürggen, Plain Maison y Ventina. Asimismo, en verano se puede practicar el golf en su campo de nueve hoyos. Originariamente, este lugar era conocido con el nombre de Breuil, un paso de contrabandistas sito a 2.000 m de altura y vigilado por el Cervino.
Otras poblaciones interesantes son Champoluc, Brusson, Saint-Jacques o Antagnod. En ésta última, que ofrece unas maravillosas vistas al monte Rosa, abre sus puertas la estación Monterosa Sky, un compeljo que une el valle de Ayas con el de Gressoney, desde el que es posible completar un descenso inolvidable sobre los esquíes.
– Información práctica para viajar a Aosta
Foto vía: VMV
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