Moverse en Venecia, góndolas y vaporettos
No hace mucho que estuve en Venecia, y sinceramente, me encantó pasearla. Llevaba el plano en las manos para no perderme por su intrincado laberinto de callejas, canales y puentes, pero lo cierto es que llegado un momento decidí cerrar el mapa y, literalmente, «perderme». Es una experiencia sencillamente encantadora. Y no te preocupes porque tarde o temprano, con un mínimo de orientación saldrás al Gran Canal, con lo que estar mucho tiempo perdido es imposible.
Aún así, los que no les guste andar demasiado y prefieran de la tranquilidad de una embarcación, os diré que las tenéis de todas las clases y colores. Lógicamente, tienen su encanto, y es algo típico, así que tampoco puedes dejar de hacerlo.
Lo más barato son los vaporettos, barcos de vapor que son muy turísticos, pero van siempre repletos, y cuyas rutas suelen ser lentas. Por ejemplo, si queréis ir de la estación de Santa Lucía hasta la Plaza de San Marcos casi llegáis antes andando que cogiendo el vaporetto principal que atraviesa todo el Gran Canal. Tened en cuenta tres detalles importantes:
– Tened muy claros los recorridos que pensáis hacer porque los billetes de estos vaporettos son más baratos si los compráis en las paradas y los compráis para un día, tres o una semana que si los compráis directamente en el barco. Calculad entonces más o menos cuantas veces pensáis tomar esta líneas marítimas para saber si os es más rentable sacar un billete de varios días, o sacar billetes por trayecto.
– En segundo lugar tened en cuenta, si vais en temporada alta, las colas. Fui en mayo como ya dije en otro post anterior, y siendo temporada media/baja, hubo ocasiones en que tuve que esperar dos vaporettos antes de poder subirme, y en algunos que tomé iba tan lleno que ni se podía disfrutar del viaje.
– Si pretendéis disfrutar mejor de un viaje turístico quizás os interese mejor los motoscafos, es más pequeño y rápido, y al ser un poco más caros, no los toman tanta gente (al menos, supongo que los locales tomarán los más baratos)… pero vamos, eso no quita que van también bastante llenos.
Si buscas un desplazamiento más rápido y cómodo y donde podrás disfrutar mejor, también existen taxis, que son motoras hechas de madera y que por supuesto son individuales. Eso sí, habrás de rascarte el bolsillo, porque son caros.
Los traghetti son como transbordadores que te cruzan de un lado a otro del Gran Canal en siete puntos distintos de Venecia.
Por último, las góndolas. Todos pensamos que es una experiencia única que hay que hacer siempre en Venecia. Merece la pena, desde luego, sobre todo si vas en un viaje romántico con tu pareja, pero eso sí… prepárate porque son muy caras. Los gondoleros trabajan para compañías de góndolas que son las que establecen unas tarifas oficiales que están puestas en unas tablillas en el embarcadero; fíjate bien porque lo que parece un precio fijo, luego resulta que no, que hay que regatear. El precio puede alcanzar hasta los 90 € por 45 minutos. Lo cierto es que cuando nos dieron ese precio, inmediatamente me di la vuelta y me fui.
Curiosamente, el gondolero me llamó desde lejos y me bajó el precio. Fue el pistoletazo para regatear. El caso es que al final conseguí que me lo dejaron casi en la mitad, aunque claro, me aproveché de que eran las 2 de la tarde y en esa hora es cuando menos trabajo tienen puesto que los turistas están comiendo, así que con tal de aprovechar te hacen recorridos un poco más corto pero igual de encantador a precios más bajos.
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