La ninfa Galatea de Rafael: composición armónica

El triunfo de Galatea

En el coqueto palacete romano del que fuera un rico banquero del siglo XVI, Agostino Chigi, ahora conocida como Villa Farnesina, en Roma, se encuentra uno de los frescos más bellos pintados por el maestro Rafael. Inspirado por los versos de un poema de Angelo Poliziano dejó fluir su arte por el pincel y realizó la obra maestra La ninfa Galatea, también llamada El triunfo de Galatea.

En ella representó a la ninfa marina Galatea huyendo del gigante Polifemo, que no aparece en esta imagen, pero que Rafael pensó para la pared opuesta a este fresco. La ninfa cabalga las olas sobre una carroza-concha tirada por dos delfines y la rodea su cortejo de ninfas y de dioses del mar. Sobrevuelan unos amorcillos que pretenden alcanzar a Galatea con las flechas del amor por Polifemo, que le cantaba una tosca canción demostrándole su afecto.

En esta pintura no solo destacan los deliciosos colores que dan armonía al conjunto ni la belleza de los cuerpos y los rostros, sino que es la composición la que realza como verdaderamente digna del maestro Rafael. Cada figura corresponde a otra, cada movimiento encuentra uno simétrico que genera una sensación de naturalidad y de dinamismo única. Esto se ve al punto en los alados cupidos, dos a los lados y uno arriba, que corresponde con el que se observa en la parte baja de la imagen, cogiendo a un delfín por la boquilla. Pero también es así con el grupo de seres marinos, ya que hay dos parejas, una delante de Galatea y otra detrás, y dos figuras en los márgenes que soplan sendas caracolas. Y todo esto sin que la simetría parezca forzada ni rígida.

Sin embargo, lo verdaderamente sorprendente es que todas estas figuras y movimientos se ven reflejados en la propia ninfa, que se yergue en el centro de la composición. Los delfines arrastran la carroza hacia la derecha, mientras que su manto ondea a la izquierda. Ella tiene el rostro vuelto hacia atrás, como escuchando la voz de su pretendiente. Todas las líneas del conjunto, desde las evidentes flechas hasta las riendas del carro convergen en su cara, centro, de hecho, de la composición.

Tal y como afirma el historiador del arte E. H. Gombrich, » se vio en Rafael la realización de lo que la generación precedente trató con tabto ahínco de conseguir: la composición armónica y perfecta con figuras moviéndose libremente». Todo un genio.

– Información práctica:

  • Villa Farnesina: Vía della Lungara, 230, Roma.
  • Bus a Piazza Sonnino.
  • Horario: de lunes a sábado de 9.00 a 13.00 h.
  • Entrada: 4,20 € (3,20 € entrada reducida).

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Categorias: Arte y Cultura



Comentarios (1)

  1. john dice:

    Y donde esta la fecha en que se hizo ?